RESTOS DE AQUELLA LOCURA II

Te herí aun con mis pensamientos
Derrotada halle en perturbarte una fuga
De todo mi resentimiento
Y antes que el odio arrasara tus campos
Detuve mi mano llena de flagelos
Porque aun en mi pecho abunda el amor
Y soy una criatura divina
Que a merced de caprichos anda
Solo eso

Desolada mi mente de sueños esta
Mi cuerpo inerte no desea caminar
Aunque mi alma me ruegue
Por vagar lejos de todo cuanto he conocido hasta ahora

Tu eres mi sendero, a mis pies les das voluntad
Y no hallo fatiga en tu presencia
La algarabía que me escondes es mi alimento
Y con esa actitud depones mi vida

En ti el antojo es vano también
E infructuoso como los desprecios.

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