MI PRIMERA NOCHE CONTIGO

En mi lecho una virgen persona sueña
Sus sueños despabilados e intermitentes, que le enloquecen y apuran su paso
He preparado te para cuando sus ojos caminen alrededor de la pieza
Mi pieza obstinada, plagada de olores
Entonces le veré esa desnudez que desarmoniza mi temple
Sorbiendo de mi taza caliente
Pensando lo imparable de pensar

Para él
Que todo lo pone en duda
Que todo lo sugiere, pero nada determina
Espera que diga algo, no se si para enfurecerse o avilantar sus hormonas
Las que desprecia y esconde en diarios íntimos
A las que prefiere pronunciar cuando se le escapa el sentimiento del pecho
Y apoya sus dedos en mi cabello, acariciando mi malograda pose
Ha descubierto que si mira dentro de mis pupilas podría encontrarse con alguien que le ha estado esperando siempre. Desde aquella vez que su madre le olvido en el parque tras ir por un amante y él en un giro de su cabeza descubrió que no sólo ella lo llevaría de la mano a recorrer mundo.
¡Descubrió tantas cosas en un instante!
Pero se somete a la lógica, a la prudencia. Que por la ausencia de amor ya ha sufrido bastante. Opta por cabalgar sobre teoremas y estar en lo correcto con la apertura de puertas que lo lleven a otros sitios, a otras situaciones. Saltando eternamente en la cavilosidad.
Elige la tozudez, a la amargura. La conformidad a la felicidad, la mentira a amar.
Erguido al lado de mi lecho le afirmo que he sido suya con un simple movimiento de mi cuerpo, que ya no es cuerpo, sino materia.
Una materia a la que desconozco, la que convido pero no satisfago. A la que hago andar pero no funciona.
Menester de dioses me dicen que es tiempo de que me detenga y mire. Mas en lo absoluto deseo mirarle esos ojos fervientes de huir donde ningún alma puede seguirle.
Me mantengo en la liviandad de callar y escribir mientras especulo sobre mi futuro, por si acaso será corto antes que mentirle o errar en mi actitud de mostrarle tesoros.