A BLANCA ANIDOLA PERILLI
Hoy los campos son todos míos
Las frutillas se deshacen en mi boca
Mientras el árbol amigo
Me canta sus canciones.
Hoy los senderos no tienen rumbos
Y las flores se secan en mi cara
No hay apuro en la contemplación
Pues soy de la tierra nuevamente.
Hoy mis pies ya no necesitan descanso
Bailan a la luz del sol
Hacen piruetas con mi corazón distinguido
Son libres mis manos de acariciar el pasto
Pues hoy los ángeles juegan conmigo
Y Dios es un rostro conocido.
….. ……. ….. ……. …….. …….. …….. ……….
En mi alma hay un hueco señora
Pues la caricia materna te llevaste
Prendida en tus manos, esposada en tu pecho
Frágil paloma que cuidaste nidos
Laboriosa has tenido
En horas tempranas
La cama hecha, la casa ordenada
Las ollas lavadas, la ropa planchada
En horas oscuras te has ido
En busca de tu destino.
….. ….. ….. ….. ….. ….. ….. ….. …… ……
Soy feliz de haberte conocido
De entregarme a tu brazos
En tu pecho haber dormido
Contarte mis secretos
Que en el cuaderno de mi vida
Tus dibujos hayas impreso
Soy feliz corazón grande
De que te hayas compartido
Sueltos tus amores
Los hayas redimido
Con tus actos altruistas
Tu calor desmedido.
…… ….. ….. ….. …… …… ……. …… ……
Ya no rezan por mí tus labios
Ni la suplica por la entrega escucho
Ya no hay margaritas en mi jardín
Ni picaflores que en el abunden
No hay primaveras en mi corazón
Hay cierta melancolía prendida
Cierto rastro deseoso de seguirte
A donde no hay cuna para mi fatiga
Ni fin de un camino para mi alma
Hay cierta tristeza encendida
En el agujero de mis lamentos
Donde la culpa no es exigua
Ni transgrede el amor su agonía
VOLVIENDO DE COLON
Vientos y deshonra para la mártir que habita el bosque
Salí a la calle en busca de tu perfume; seguí el rastro de alcanfor que despedían tus sienes. Fui perdida en la vesícula del pueblo. Allí donde moran los que ocultan los huesos; los que van con la frente resignada en destinos y fluyen fantasmas de sus palabras secas.
Fuiste perdido en el mismo horizonte desencadenando una búsqueda de lirios navegantes.
Seguimos tu huella; nos contábamos historias y en el crepúsculo nos negábamos a convertirte en leyenda.
Para qué el amor nos desdeña? Con su ojo de sapo mirando las estrellas anhela infeliz lo que una actriz vieja.
El sumiso paso del que erra va averiguando donde cazar su presa. Espera que se lo cuenten todo. Como si alguien pudiera delatar a las victimas!!
--------------------------------------------------------------------------------
Deja que te acompañe mujer risueña
Tu estela hace hoyos en mis muecas.
Deliberadamente abandonaste la certeza de que eras señora de estas tierras.
Por ti se dieron a correr estos locos pies, hasta llegar al osario donde ahora te rinden culto.
Y yo pregunte al campo desencajada: Por qué te fuiste?!
Después la brisa acompaño a tu esencia que desorbitada me apretaba contra su pecho, como cuando afligida por alguna desventura amorosa me hacías cuna entre tus senos.
Yo fui el rostro primero… perdón…aun lo tengo.
Soy el cuadro en el cual tu gen sello su marca. Soy el titán de tus sueños de soltera. Soy la pulgarcita que se bañaba en tu rivera. Soy la impúdica desnudez de tus muslos. Soy aquella que abandono tu madriguera para correr sueños tristes. Para desconsolarme del dolor volé fuera del nido.
Para hacerme añicos volé!! Para hacerme añicos.
Entonces miro tu tumba mujer y veo mosaicos bien apilados, haciendo de muro, de fuente de lágrimas.
Entonces te miro, así como a la distancia y no distingo tu imagen profana.
Ya se disolvió tu caramelo en mi boca; ya mastique la amargura de la muerte.
La tarde ya se pierde con tu imagen religiosa; me olvidan los besos, se duermen la caricias, se hacen gotas mis desvelos.
Se bifurcan las semillas.
SANTOS Y LA MUERTE
Yo no creería que ese pájaro que voló eras tú.
Yo no creería en nada que no vea.
Yo sólo creo en la muerte vagabunda, en el compás que marcan sus pasos.
Yo no creo en la muerte como un abismo, sino como una triste compañera que odia la soledad y busca quien la siga.
Quisiera creer que tu estás donde siempre. Donde acuden mis ojos para verte y no te ven. Hay piedras, hay hastío y la sublime canción de antaño, silbada por un corazón fúnebre.
Estuve allí delatándome mendiga de sus amores, envidiosa, roedora de mentes. Estuve frente a ti, que no eras pájaro entonces; eras un niño abandonado.
Te vi refugiado de mil muertes; proveedor de conciencia, matutina inocencia.
Y aunque tus palabras arañaban la felicidad me fuiste pidiendo piedad y permiso para partir.
Como un huracán mi cuerpo convulsionado también exigió piedad. También hablé con Dios te dije! También yo pedí perdón Solitario…también yo pondero al amor, Frustrado!
Pero si el amor es vida, por qué pides la muerte?!
Ve. Vete ya, que el surco de plata que ella tejió te llama a gritos Pendenciero.
Ella, la hechizadora, ladrona de corazones te espera en su tumba para darte de comer de su almíbar.
Mientras las espigas crecidas te miramos y vemos la belleza incandescente de la dama que te refugia.
Te toma en posesión la noche acaecida; mas en tinieblas quedamos nosotros los rozagantes de vida. Después de que tu y la amazona se llevaron sus soles.
NOSOTROS EN COLON
Columpios y una dulce canción
Suenan afanosos en un baúl de recuerdos
Pies envueltos en soquetes corren
Inhalando el perfume de una tarde entrerriana
Salen a mi paso un zorrino
Un cazador y un cuento de abuelos
Sorteo almácigos
Huelo la infancia discurriendo
En los tibios brazos del amor familiar
Allí el campo se rinde a mis pies
Sapos, víboras y arañas se esconden
De una risueña carcajada que se
Abre paso de la mano de aquel hombre que
Empuña su machete con destreza
Y su voz es como un trueno para los bichos.
Dentro de su sombra mi figura se recorta
Como un brote indeciso que por momentos
Se desdibuja y vuelve a aparecer
Vamos plantando árboles donde la natura lo exige
Donde nuestro corazón quiere permanecer.
Menem, farsa y tragedia
-
Análisis de la serie *Menem, el show del presidente* (Ariel Winograd, Prime
Video, 2025), a cargo de Oscar Cuervo, en conversación con Maximiliano
Diomed...
Hace 2 semanas
0 comentarios:
Publicar un comentario